“Calidad para llegar a la excelencia”

 

Calidad para llegar a la excelencia es el lema que practica el padre José Ramírez, mejor conocido como padre Joselito, en el Hogar Zacarías Guerra.

“Cada niño y niña que está aquí merece lo mejor, por eso tengo este lema”, dijo el padre Joselito, quien le abrió las puertas de su despacho a Holcim News para una entrevista sobre el nuevo edificio de ese centro, que está siendo construido con cemento Holcim.

El Hogar Zacarías Guerra fue fundado en 1914, después que el señor José Zacarías Guerra donara todas sus pertenencias en su testamento para ese propósito. Al principio fue administrado por los Hermanos de La Salle y posteriormente por los Religiosos Terciarios Capuchinos, congregación a la que pertenece su actual director, el padre Joselito.

El primer edificio de ese hogar se construyó en 1963, pero el terremoto de 1972 lo destruyó completamente. Las niñas, niños y adolescentes fueron reubicados en distintas casas de la ciudad.

¿Cuántas niñas y niños atienden en la actualidad?

El centro tiene en su régimen de internado, seminternado y externo a 540 niñas y niños. Ahora estamos trabajando también con la niñez de 7 a 12 años que trabajan en los semáforos. Tenemos 63 niños trabajadores de la calle.

¿Cuántos años tiene el edificio en el que están actualmente?

Tiene 40 años. Fue construido después del terremoto de Managua de 1972 y su vida útil era de 15 años.

Con el edificio nuevo resolverán muchos problemas ¿Cuál es la meta de esa obra?

Esta instalación donde estamos, como te decía era para 15 años y tiene 40 años, entonces nos dimos cuenta que las paredes eran para emergencias y por dentro están huecas y los perlines están corroídos. Gracias a Dios no ha pasado un accidente, una desgracia. Hemos tratado de restaurarlo un poquito mientras construimos el nuevo.

¿Se va brindar una mejor atención o van a venir más niñas y niños?

Primero se quiere que no estén tan dispersos los hogares donde están los niños, que sea un hogar unificado, las diferentes casas donde viven los niños, los comedores y la cocina. Con esto se quiere dar una formación íntegra. También estará concentrada la oficina administrativa, la oficina de salud, de psicología, de trabajo social, contabilidad, gerencia financiera. Será un sitio donde los muchachos van a vivir con más tranquilidad.

¿Una vez construido el edificio cuál sería la próxima meta?

Ya nos mudaríamos de este edificio, de esta casa antigua, y continuaríamos con la segunda etapa, porque ahora sólo estamos haciendo la primera etapa. Las dos etapas están valoradas en más de dos millones de dólares y la estamos construyendo con ayuda del gobierno de Nicaragua, a través del Ministerio de la Familia, y algunas empresas que colaboran con nosotros.

¿La segunda etapa consiste en la construcción de otras obras?

Le daremos continuidad a las casas que necesitamos para albergar más niños y en un futuro queremos abrir esto también para las niñas que están en los semáforos, porque hay bastantes niñas y es preocupante. Usted sabe que los hombres podemos defendernos mucho mejor, pero en el caso de las niñas hay muchas personas mayores que abusan de ellas, las prostituyen a su corta edad, entonces queremos trabajar por esa causa también.

Usted es el alma y rostro de esta organización ¿Cuántos años tiene en esta misión con la niñez nicaragüense?

Con la niñez nicaragüense trabajando, colaborando en todo lo que esté a mi alcance junto con la congregación a la que pertenezco, tengo  13  años. Pero no solamente trabajamos con la niñez nicaragüense, sino también con la familia de cada uno de estos niños, adolescentes y jóvenes. Es una tarea muy importante porque nosotros no educamos para que los niños o adolescentes permanezcan en el hogar, sino para que se reintegren a la sociedad, con herramientas en las manos, valores, ética, moral, principios, formación religiosa, talleres técnicos vocacionales, primaria y secundaria aprobada.

Además el arma más grande que tiene el hogar es el deporte, principalmente el futbol y luego baloncesto, atletismo y voleibol. También tenemos una escuela de música y una escuela de natación.

¿Nos habla sobre su pasión por la niñez?

Desde mi adolescencia me han llamado mucho la atención los niños, los adolescentes, jóvenes que son maltratados familiarmente, socialmente, moralmente y de ahí suscitó esa pasión, una pasión de entregarme por ellos y ver que cada niño algún día pueda sonreírle a la vida. A cada niña que le han robado su inocencia podamos devolvérsela, esa inocencia que muchas veces le han robado dentro de la familia y fuera de la familia. Cada vez que yo veo un niño que está en rebeldía, en problemas, quiere decir que me está reclamando amor, atención, cariño y afecto. Yo he visto que a los niños tratándolos con amor, con un abrazo santo, un beso santo, cambian.

¿Qué opina del aporte de Holcim, cómo les ha servido?

Si todas las empresas colaboraran con causas como estas tendríamos un mejor país. Muchos dicen que el pobre se contenta con cualquier cosa, no, yo digo, el pobre aunque sea pobre merece lo mejor, la calidad. Por eso mi lema como director general de este hogar es: “Calidad para llegar a la excelencia”. Cada niño y niña que está aquí merece lo mejor, por eso tengo este lema.

Quiero darles las gracias y espero que sigan colaborando con el Hogar Zacarías Guerra.

Muchas gracias padre. ¿Desea agregar algo más?

No solamente dirijo este hogar. Yo soy un hombre al que le gusta mucho la aventura, un hombre al que no le gusta quedarse con los brazos cruzados, sino que le gusta irle respondiendo a los signos de los tiempos, a la necesidad que se presenta en el país. Tenemos el proyecto de un centro de espiritualidad, en Carretera Nueva a León; un centro contra las adicciones en Carretera a Masaya y una iglesia en la urbanización Vistas de Momotombo.

Son muchos los proyectos y necesito la ayuda de las empresas, como la de ustedes. Seguiré tocando las puertas.

 

La obra continúa

“Yo siempre apelo a la empresa privada para que colabore con esta causa (de la niñez). Porque si invertimos hoy en las niñas, niños, adolescentes y jóvenes para que tengan una buena formación, el día de mañana tendremos una nueva sociedad”. Así piensa Padre Joselito, para quien la niñez merece estar en las escuelas, viviendas dignas y espacios de recreación, en vez de lugares donde corran peligros.

En su tarea por incorporar a la niñez en abandono a la sociedad es muy importante el involucramiento de todos los sectores de la sociedad, manifestó, y destacó el papel de la familia. “Hacemos escuela de padres para irlos formando, para que cuando los niños regresen a sus casas sean tratados con dignidad, esa dignidad que poseemos cada hijo de Dios”, afirmó.